¿Qué es el cambio?
El cambio es natural, un proceso vital, necesario y normal. Unas personas realizan cambios profesionales por inspiración, otras por insatisfacción (como fue mi caso), algunas por la necesidad de aumentar sus ingresos y otras por las amenazas de crisis políticas, sociales, sanitarias (como la pandemia causada por el Covid_19) o por crisis económicas como las que vivimos en el 2008.
En la actualidad (aunque no lo parezca), vivimos en una de las mejores épocas de la historia de la humanidad para tomar la decisión de realizar un cambio profesional si tu trabajo actual no es de calidad, no te hace feliz o no te aporta la cantidad de dinero ideal. No digo que sea fácil, pero si es más sencillo que antes. Todo depende de ti.
Las habilidades son la clave

Habilidades como el autoaprendizaje o la capacidad de ser flexibles para adaptarnos a un mundo laboral en constante cambio y a los nuevos escenarios de trabajo automatizados nos van a facilitar la supervivencia y la presencia continua en el mercado laboral. Con supervivencia me refiero a la necesidad de mantenernos activas y de conservar la continuidad de nuestros ingresos dentro de un mercado laboral competitivo (muchas opciones que solucionan el mismo problema) y más complejo (demanda de habilidades humanas que no se pueden medir).
En la actualidad debemos prepararnos para aprovechar cada oportunidad. Ahora los títulos académicos cada vez sirven menos. Tenemos el reto de demostrar lo que sabemos, de demostrarlo bien y de hacerlo bien (publícalo en tus historias de instagram) . Los saberes como del Ser y el Estar juegan un papel importante en las listas de capacidades profesionales.
Las empresas estén cambiando su manera de seleccionar a sus colaboradores y las personas también de comprar. Los equipos de trabajo requieren de personas que se salgan de la caja, que aporten cada vez más valor a la organización. Me atrevo a decir que el crecimiento personal tal y como lo conocemos en los libros que hablan de metas, de sueños, de planificación, de visión, de liderazgo… pronto parará a ser una asignatura más del currículo educativo tradicional. Nada mejor para apoyar mi idea que en esta frase de Séneca: “Mientras vivas, sigue aprendiendo cómo vivir”. (publícalo en tus historias de instagram)
Tomar la decisión de realizar un cambio profesional es lo más normal, (si te estás viendo en este proceso) y más en las personas de mi generación (soy del 84) ¿Por qué? porque crecimos con la idea de que toda nuestra vida se basaba en nuestra carrera, que nuestra profesión determinaba quiénes somos, cómo somos, cómo nos tenían que ver y cómo debíamos mirar y valorar a los demás según su estatus profesional. Esa idea cambió, ahora estamos deseando tener un trabajo o trabajos (los que trabajamos por proyectos) que nos aporten realización personal, que sean de calidad, donde ganemos el dinero suficiente y no el necesario para pagar las cuentas y donde el entorno nos haga felices y sentirnos parte de un objetivo en común.
Si la vida cambia en su naturaleza y las personas también cambiamos en nuestra forma física y en las ideas… ¿Por qué no cambiar de profesión si te dedicas a algo que no te apetece levantarte por las mañanas? Tú puedes cambiar tu profesión cuando te sea necesario (Yo te acompaño aquí cuidando de tu salud emocional) Recuerda que lo importante siempre será que hagas lo que hagas te lo pases bien haciéndolo, te haga feliz y veas en tu labor un gran valor. TÚ ERES DE MUCHO VALOR.